viernes, 22 de octubre de 2010

Discurso de un hombre inteligente y sensible: Amin Maalouf Premio Príncipe de Asturias de las Letras

La diversidad en sí misma no es ni una bendición ni una maldición. Es sencillamente una realidad, algo de lo que se puede dejar constancia. El mundo es un mosaico de incontables matices y nuestros países, nuestras provincias, nuestras ciudades irán siendo cada vez más a imagen y semejanza del mundo. La que importa no es saber si podremos vivir juntos pese a las diferencias de color, de lengua o de creencias; lo que importa es saber cómo vivir juntos, cómo convertir nuestra diversidad en provecho y no en calamidad.
http://www.elpais.com/elpaismedia/ultimahora/media/201010/22/cultura/20101022elpepucul_1_Pes_PDF.pdf

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