Permíteme candidata, a embajadora oficial de la tácita de plata que esta mulata te diga en su cantar, que en carnaval la mujer sigue siendo costilla del hombre, un corazón que se esconde, un rostro sin nombre callado por él.
Por el que canta sus pobres versos, para que tú desde tu palco los colmes de besos. Yo no le río las gracias a ningún santo varón, por eso salgo de casa y con mi comparsa también canto yo.
Y en tanto a tí te pasean vestida de piconera, a mí esto es lo que me sale y hago carnavales de otra manera.
Y mientras tú vas en tu carroza hecha una reina adornando un pasacalles, yo prefiero que me tiren, me condenen o me admiren cantando en la puta calle.
Que si queremos ser iguales en los carnavales, tambien se demuestra y tu pasado franquista que es lo más machista, es lo más machista que tiene la fiesta.
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